miércoles, 20 de junio de 2007

Buscando pega

Las calles de Santiago
cuando la noche es larga
y los pasos frágiles
tienen un manto
que huele a petróleo diesel
a papas fritas pasadas.
Las calles de Santiago son brazos
alargados y pestilentes
micros amarillas y atiborradas
Nada más lejos del swing
de las trompetas afiladas
de Winston Marsalis
de Chabuca Granda
nada más nada.
Y entonces me subo a una micro
y mentalmente me hundo en la nada
apoyando mi nariz en los vidrios
en las vitrinas
de Lo Hermida
de Peñalolén
de Macul
y sus filas de casas
con índices CAS
en medio de la nada.
Y el olor a diesel me quema la cara
mientras otros queman neumáticos
mientras otras queman marihuana.
Y los huelo a todos
y nada me deja nada.
Y ella, la más bella
la mirada perdida en su ventana
y yo olfateando
estas venas asfaltadas
de una ciudad que me suena a pena
de un calabozo hecho de jornadas.
Nadie entiende aquí
que los cerros y sus piedras
nos ignoran veleidosos
que se ríen de los contratos de trabajo
de los arriendos y las tasas
de las tarjetas de crédito
dicen
no quedará nada
Y entonces?
qué hacemos tú y yo
sobre esta micro funeraria
qué hacemos en esta mercancía comprimida
olvidándonos de esas piedras
de las quebradas y sus aguas
de las hojas de los sauces
de las tetas lecheras
de madres y vacas?
Què hacemos aquí
construyéndonos la nada?

Ven
saltemos.
Nada nos debe nada
y a nadie pertenecemos.
Ven, saltemos de la micro
que a nadie lleva a nada
y conspiremos con peñazcos
palos y garras
Dejemos que las uñas crezcan
que los sobacos huelan a sus ganas
y el pubis que lata tranquilo
y que los dientes se nos caigan
Dejemos que el tiempo haga su trabajo
no alarguemos la jornada
en que ellos
los Invisibles
los mataderos funcionales
esos entes jurídicos marchitos
nos estrujen cada mañana.
Conozco el lugar de los límites
donde caer
y que la vida nos muestre la mata.
Ven
antes que nos numeren la muerte
antes que nos regalemos a la nada
Amor.
(Marzo, 2006)

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