sábado, 1 de marzo de 2008

La lectura es un pulpo con millones de tentáculos, y miles de porosidades que te succionan y entrelazan, para llevarte a de un lado a otro.
Leía a Marvin Harris, ese, el antropólogo al alcance de todos, y me daba cuenta que lo había citado años antes -cuando uno ni siquiera tenía claro qué era la antropología- el mismísimo Antonio Escohotado a propósito de una breve historia de las drogas.
Ambos descubren por qué las brujas vuelan en escobas.
Ambos saben de los aquelarres alcaloides.
Y yo, en el poto del mundo, leyendo-escuchando atento, con el cigarrillo en el cenicero.
Estudiando civil -tiempo atrás-, Peñailillo le dedica unpar de páginas al asunto del derecho de propiedad, y su sentido, su origen necesario: los señores feudales, y el canje de seguridad por reconocimiento de propiedad.
Luego, un día cualquiera, me encuentro al profesor y compartimos una cerveza. Le apasiona su tema y yo me animo con él. Y le cuento de Harris y su libro "Jefes, Cabecillas y Abusones", y que todos al principio, antes de la escritura, antes de las monedas, antes de todo, cuando recolectábamos, no conocíamos la propiedad privada, por lo que no sabíamos ni de jefes. Que el único reconocimiento que había era al más generoso de los recolectores, al que traía más y tomaba menos... que luego acumulaba para dar más, acumulaba para obtener más prestigio. Acumularon y competían por acumular el grano para las vacas flacas; hasta que el prestigio se convirtió en la acumulación, hasta que el reconocimiento se hizo poder, hasta que el compartir se tornó dialéctico, y se hizo poder.
El profesor levantó una ceja, y bebió su trago.
Y Peñailillo ordena la segunda ronda de Jack Daniels. Y me pide más datos. Y continúo hablándole de los cabecillas que aún no eran jefes. Y nos extasiamos en la esencia de las cosas, que son lo que son muy lejos de lo que queremos ver.
A la tercera ronda ya estábamos alegres de conversar. Y me pide, con golpe afectuoso en el hombro que le consiga el libro.

-No puedo- le dije.
- ....
- Lo hice correr para que otros lo leyeran.. no volverá a mis manos.
- Debió haberlo cuidado Julio... es un buen tema de investigación.
- No pude quedarme con él...
- Por?
- No quería acumularlo.

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